jueves, 22 de septiembre de 2011

Amarras

Inhalar, pero no respirar.
Tocar, pero no sentir.
Desplazarse, dejarse arrastrar por el vaivén de la marea, fluir y no ser.
Frustración de no sentir siquiera la frustración.
Los sentimientos parecen escabullirse por mis poros, dejando atrás una mera carcasa mecánica que no sabe a donde ir, ¿al cementerio de los sueños olvidados o al baúl de los recuerdos polvorientos?
Hay un exceso de adjetivos en mi vida, un exceso de frases deprimentes e inconexas melancólicas y estúpidas.
Ser, pero no ser... esa es la cuestión. ¿Cómo luchar contra uno mismo?
Explotar, dejarse caer para poder renacer. Pero parece imposible sobreponerse al miedo de la caída necesaria para la ruptura del ciclo vicioso de autocompadecimiento.

Tengo que soltar amarras, sin ayuda, pero por lo menos despídete, agitando la mano desde el embarcadero, mientras me encamino a lo incierto....


No hay comentarios:

Publicar un comentario